¿El fin del dominio chino en las rutas marítimas? La guerra comercial con EE. UU. marca un punto de inflexión
- Melyak International
- 15 abr
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El extenso conflicto comercial entre Estados Unidos y China no solo ha incrementado las tarifas aduaneras a cifras históricas —con impuestos que ya exceden el 100%—, sino que también comienza a distorsionar las rutas marítimas a nivel mundial. Lo que inició como un conflicto arancelario ahora impacta directamente en las cadenas de suministro y los itinerarios de los barcos de carga, provocando una reestructuración nunca antes vista.

Un respiro temporal, pero no una solución
La decisión de postergar por 90 días la imposición de nuevos aranceles recíprocos trajo algo de alivio a los importadores y operadores logísticos. Sin embargo, expertos como Peter Sand, analista jefe de Xeneta, advierten que esta pausa no debe interpretarse como un signo de recuperación. “Más que una mejora, esta medida revela la gravedad de la situación anterior”, señala. No obstante, especialistas como Peter Sand, el analista principal de Xeneta, señalan que este receso no debe ser visto como un indicativo de recuperación. "Esta medida, más que un avance, muestra la seriedad de la circunstancia previa", indica.
Nuevas rutas, nuevos desafíos
La incertidumbre generada por la política de comercio de la administración Trump ha forzado a los participantes del comercio global a explorar vías alternativas. De acuerdo con Lars Jensen, especialista en transporte por mar, la reducción de las cantidades de contenedores entre China y Estados Unidos ya está causando cancelaciones de itinerarios (conocidas como blank sailings), omisiones de puertos de China y desplazamientos hacia otras rutas en Asia.
Esta situación está modificando la relación entre oferta y demanda en los puertos más importantes, provocando que las compañías navieras adapten sus redes de manera rápida y, en ciertas situaciones, se vean obligadas a dejar de funcionar algunos segmentos.
Aumento de embarques desde otros países asiáticos
Ante los riesgos de más restricciones, muchos importadores están trasladando sus operaciones fuera de China. Países como Japón están captando esta carga adicional. De hecho, las tarifas de envío desde Japón a la costa este de EE. UU. han subido significativamente. A inicios de enero, el costo por contenedor de 40 pies (FEU) era más bajo que el de China, pero ahora es más alto por US$610, según Xeneta. Y se espera que este diferencial siga creciendo si la demanda continúa desplazándose.
Escasez de equipos y presión sobre la logística
Este rápido cambio en las operaciones logísticas está creando una nueva dificultad: la falta de contenedores vacíos. El sistema de reubicación de equipos no está listo para esta transformación tan brusca, lo que podría impactar de manera más significativa en la eficacia de las cadenas de suministro.
Además, las compañías de navegación especializadas en rutas del Pacífico, en particular las que tienen operaciones enfocadas en China, se encuentran en una circunstancia complicada. La ausencia de adaptabilidad y alternativas fuera del gigante asiático podría llevarlas a disminuir o interrumpir sus servicios de manera total.
¿Una transformación estructural en camino?
A pesar de que aún es temprano para anticipar una transformación definitiva en las rutas a nivel mundial, los movimientos presentes podrían representar el inicio de una nueva estructura en el comercio por mar. Algunos participantes que optaron por una táctica de "aguardar y observar" han conseguido manejar con mayor eficacia la inestabilidad, ajustándose a las inesperadas resoluciones arancelarias.
El porvenir del transporte por mar está en riesgo. Aunque actualmente las decisiones parecen inesperadas y fluctuantes, las repercusiones a largo plazo podrían reconfigurar el balance logístico global. Como señalan los analistas, lo único seguro es que nada está asegurado y todo puede variar de un instante a otro.
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