La zona de operaciones afectada maneja el 60% del volumen total de contenedores de norteamérica. Estas son las causas del conflicto.
Con la temporada de ventas más importante del año a la vuelta de la esquina, una nueva amenaza logística se cierra sobre la cadena de suministro global. Los estibadores de los principales puertos de la costa este y el golfo de Estados Unidos iniciaron una huelga el 1 de octubre, tras no lograr un acuerdo con la Alianza Marítima de Estados Unidos (USMX, por sus siglas en inglés) en relación con sus condiciones laborales. La Asociación Internacional de Estibadores (ILA, por sus siglas en inglés) está exigiendo un incremento salarial del 77% durante los próximos seis años, mientras que la Alianza Marítima de Estados Unidos (USMX) solo propone un aumento del 40%. Debido a esta discrepancia, los estibadores han decidido detener su actividad.
La huelga de estibadores que comenzó hoy en Estados Unidos está paralizando puertos clave como los de Nueva York, Nueva Jersey, y Houston, lo que afecta a importadores de todo el mundo, incluyendo a Colombia. Esta huelga puede generar retrasos significativos en la llegada de productos como maquinaria, alimentos y bienes de consumo, que son vitales para las empresas colombianas. La incertidumbre en el transporte marítimo también puede incrementar los costos operativos y afectar el flujo de inventarios, lo que podría traducirse en un aumento de precios para los consumidores finales en Colombia.
La situación es especialmente preocupante porque EE. UU. es uno de los principales socios comerciales de Colombia. Productos como maquinaria industrial, equipos tecnológicos, vehículos, medicamentos y bienes perecederos forman parte importante de las importaciones colombianas provenientes de Estados Unidos. Estos productos, esenciales para sectores como la construcción, la industria manufacturera y el comercio minorista, enfrentan retrasos considerables debido a la interrupción en los puertos.
El impacto a largo plazo dependerá de la duración de la huelga. Si se prolonga, las empresas podrían verse obligadas a buscar rutas alternativas o proveedores en otros países, lo que implica costos adicionales. Además, la falta de productos en el mercado colombiano podría ocasionar desabastecimiento en ciertos sectores, afectando tanto a las industrias como a los consumidores. Esto también puede ralentizar la recuperación económica post-pandemia, ya que el comercio exterior es un motor clave para la economía del país.
Proyección de las tarifas de flete y de fletamento
Las tarifas de flete y fletamento han experimentado caídas notables desde julio debido a la menor demanda de carga y un incremento en la capacidad de las rutas marítimas. El Índice de Fletes de Shanghái (SCFI) ha bajado más del 30%, mientras que el Índice de Carga Contenerizada de China (CCFI) cayó un 15%. Sin embargo, las tarifas de fletamento por tiempo se han mantenido estables debido a la baja disponibilidad de buques, aunque se espera una disminución en el cuarto trimestre de 2024 y en 2025 a medida que los buques vuelvan a sus rutas normales. Además, el aumento en los pedidos de nuevas construcciones ha impulsado los precios de los buques nuevos.
Se anticipa que estas tendencias continúen debilitándose debido al desequilibrio entre la oferta y la demanda en el mercado naviero global, lo que afectará tanto las tarifas de flete como de fletamento. Los pedidos de construcción de portacontenedores han aumentado un 5% en los últimos tres meses, lo que ha contribuido al incremento de precios para los buques nuevos, reflejando las expectativas de largo plazo sobre la demanda futura.
El impacto de estas variaciones en las tarifas tendrá consecuencias importantes para la industria de comercio exterior, especialmente para las rutas comerciales que dependen de la estabilidad en el costo del transporte marítimo.
Comments