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Ampliación de flotas propias por parte de las líneas navieras, relega el fletamento a un segundo plano


Durante los últimos años, las líneas navieras han aumentado su enfoque en la adquisición de buques propios en lugar de depender tanto del fletamento. Este cambio ha sido impulsado por la capacidad financiera acumulada durante la pandemia de COVID-19, lo que les ha permitido comprar más embarcaciones en un momento en que muchos operadores tradicionales de barcos, especialmente de Alemania, están retirándose del mercado.


MSC es un claro ejemplo de esta tendencia, con un incremento significativo en la adquisición de buques nuevos y usados en los últimos años, reduciendo así su dependencia del fletamento. Lo mismo ocurre con CMA CGM y HMM, que han aumentado considerablemente la cantidad de buques en propiedad en sus flotas. Sin embargo, hay excepciones, como ZIM, que ha optado por seguir siendo "ligera en activos" y ha mantenido un alto porcentaje de su flota fletada.


A pesar de este cambio en la dinámica del mercado, algunos operadores de buques no propios, especialmente en Asia y Grecia, han experimentado un aumento en sus negocios, aprovechando los contratos de fletamento a largo plazo. Aunque la flota de estos operadores aún no ha alcanzado los niveles previos a la pandemia, el sector está mostrando signos de recuperación.


BENEFICIOS PARA EL COMERCIO EXTERIOR


El aumento en la propiedad de buques por parte de las líneas navieras tiene varios beneficios para el comercio exterior:


  1. Estabilidad en la capacidad: Al tener más buques propios, las líneas navieras pueden garantizar una capacidad más estable en sus servicios, lo que reduce la incertidumbre para los exportadores e importadores.

  2. Flexibilidad en las rutas y horarios: Las líneas navieras pueden adaptar mejor sus rutas y horarios a las necesidades del comercio, lo que puede mejorar la eficiencia y reducir los tiempos de tránsito.

  3. Control de costos: Al reducir la dependencia del fletamento, las líneas navieras pueden controlar mejor sus costos operativos a largo plazo, lo que puede traducirse en tarifas más estables para los clientes.

  4. Mayor competitividad: Con flotas más grandes y diversificadas, las líneas navieras pueden ofrecer una gama más amplia de servicios y competir de manera más efectiva en el mercado global.

  5. Impulso a la inversión en infraestructura portuaria: El aumento en la propiedad de buques puede estimular la inversión en infraestructura portuaria para acomodar el aumento en el tráfico marítimo, lo que a su vez puede beneficiar a la economía local y regional.


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