Así impactaría la nueva reforma tributaria en los costos logísticos por el precio de la gasolina
- Melyak International

- 2 sept
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El pasado 1.º de septiembre, el ministro de Hacienda, Germán Ávila Plazas, radicó en el Congreso la Ley de Financiamiento, con la que el Gobierno busca recaudar 26,3 billones de pesos para cubrir el déficit del Presupuesto General de la Nación. Una de las medidas que más expectativa genera está relacionada con los combustibles, pues el proyecto de ley introduce cambios en la forma en que se grava la gasolina, el ACPM y los biocombustibles.

Actualmente, el precio promedio del galón de gasolina en Colombia es de $15.868, mientras que el del ACPM se ubica en $10.685. Aunque el Gobierno ha asegurado que la modificación en la base gravable del IVA no implicaría un aumento inmediato en el precio final, sí se establecen nuevas reglas que, a mediano plazo, tendrán repercusiones directas en los costos del transporte y, por ende, en la logística empresarial.
Los cambios tributarios clave
Gasolina: Desde 2026 tendrá una tarifa del 10% de IVA sobre el ingreso al productor, y a partir del 2027 aplicará la tarifa general.
ACPM: Entre 2026 y 2027 tendrá una tarifa del 10%, para luego pasar a la tarifa general en 2028.
Biocombustibles y alcohol carburante: También quedarán gravados con la tarifa general en fechas escalonadas entre 2026 y 2027.
Otros derivados del petróleo: Aplicarán la tarifa general desde el 1 de enero de 2026.
Además, el Ministerio de Minas y Energía será el encargado de fijar los precios de los productos refinados, lo que le otorga un rol central en la aplicación de estas medidas.
Impacto en el sector logístico
Aunque el ministro Ávila aseguró que el IVA no se reflejará de inmediato en los precios finales, la experiencia demuestra que los cambios tributarios en combustibles terminan impactando los costos operativos del transporte y la distribución. En este caso, el ACPM —combustible clave para camiones de carga y buses— pasará gradualmente a estar gravado con IVA, lo que aumentará el costo del flete en los próximos tres años y, en consecuencia, encarecerá los bienes de consumo masivo, especialmente en sectores como agroindustria, comercio minorista y construcción. Este incremento presionará la competitividad logística de las empresas de importación y exportación, que ya enfrentan retos por tarifas portuarias, aranceles y variaciones cambiarias, obligando a transportadores y operadores logísticos a buscar mayor eficiencia mediante la optimización de rutas, la adopción de tecnologías de gestión de flotas y el uso de combustibles alternativos como gas natural vehicular o eléctricos.
Claves para el futuro
Si bien la reforma busca fortalecer las finanzas públicas, sus efectos en el sector logístico serán inevitables. Las empresas deberán anticiparse a estos cambios y diseñar estrategias de eficiencia para absorber el impacto que el aumento progresivo de impuestos en combustibles tendrá en los próximos años.




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