Tensión Israel-Irán: una nueva amenaza para el comercio marítimo y energético mundial
- Melyak International
- 16 jun
- 2 Min. de lectura
Las crecientes tensiones militares entre Israel e Irán han encendido las alarmas en el comercio marítimo y energético global. Justo cuando la industria naviera comenzaba a estabilizarse tras las crisis del mar Rojo, la pandemia y la guerra en Ucrania, una nueva amenaza se cierne sobre una de las rutas más críticas del transporte de petróleo: el Estrecho de Ormuz.

Este estrecho, que conecta el Golfo Pérsico con el Océano Índico, canaliza cerca del 20% del comercio mundial de crudo. Cualquier obstrucción total o parcial tendría consecuencias inmediatas sobre los precios del petróleo, las tarifas de flete y la disponibilidad de combustible. De hecho, tras los recientes intercambios militares entre ambos países, los precios del crudo se dispararon casi un 12%, reflejando el nerviosismo del mercado.
Impacto logístico y económico: ¿un nuevo cuello de botella?
Una interrupción en esta ruta estratégica podría elevar los costos de transporte, generar demoras significativas y forzar a muchas navieras a redireccionar sus rutas. Esto no solo afectaría al sector marítimo, altamente dependiente de combustibles derivados del petróleo, sino que también presionaría las cadenas de suministro terrestres. En regiones con acceso limitado a fuentes energéticas alternativas como algunos países africanos el impacto sería aún más severo.
A pesar de la capacidad ociosa de la OPEP, los expertos advierten que no sería suficiente para compensar rápidamente una interrupción en Ormuz, ya que buena parte de las reservas se encuentra precisamente en la región afectada.
Vigilancia extrema y planes de contingencia
Las compañías navieras, junto con los gigantes del petróleo, están en alerta máxima. Algunas ya consideran rutas alternativas, como ocurrió durante los ataques en el mar Rojo, cuando muchas embarcaciones se vieron obligadas a rodear el Cabo de Buena Esperanza, con tiempos y costos operativos mucho mayores. Este nuevo episodio refuerza la vulnerabilidad del comercio mundial ante los conflictos geopolíticos. Si bien no se ha materializado un bloqueo formal, el solo riesgo de que ocurra ya está teniendo efectos reales en el mercado global.
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