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Tensión nuclear en Medio Oriente: ¿Cómo afectará al comercio y la logística global?

La tensión en Medio Oriente escaló a niveles críticos este fin de semana después de que Estados Unidos atacara tres instalaciones nucleares iraníes, provocando una condena enérgica de Teherán, que advirtió sobre una respuesta contundente. El ataque, coordinado con Israel y justificado por Washington como una medida para "frenar la amenaza nuclear iraní", ha sido calificado por la ONU y aliados regionales como una peligrosa escalada que podría desencadenar un conflicto global. Más allá de las implicaciones geopolíticas, este episodio amenaza con disruptir el comercio internacional y las cadenas de suministro en una región clave para el transporte de mercancías y energía.

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¿Qué ocurrió exactamente?

Estados Unidos bombardeó tres instalaciones nucleares iraníes (Fordo, Natanz e Isfahán) utilizando aviones B-2 y bombas "rompebúnkeres" GBU-57A/B, las más potentes de su tipo. El presidente Donald Trump defendió la operación como un "éxito militar espectacular" para "destruir la capacidad de enriquecimiento de uranio de Irán". Sin embargo, Teherán minimizó los daños, afirmando que las instalaciones ya estaban evacuadas y que su programa nuclear seguirá adelante.

El ministro de Exteriores iraní, Abbas Araghchi, acusó a EE.UU. de violar el derecho internacional y el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), mientras que el líder supremo, Ali Jamenei, advirtió que cualquier intervención estadounidense causará "daño irreparable". Por su parte, la ONU alertó sobre un riesgo inminente de que el conflicto "se salga de control".


¿Por qué esto amenaza el comercio global?

1. Bloqueos estratégicos en rutas marítimas: El estrecho de Ormuz, por donde pasa el 20% del petróleo mundial, es el punto más vulnerable. Irán ha amenazado en el pasado con cerrar este paso, lo que paralizaría el transporte de crudo y dispararía los costos logísticos. Además, ataques a buques mercantes —como los ocurridos en 2019— podrían repetirse, forzando desvíos masivos por el Cabo de Buena Esperanza (como ya ocurrió durante la pandemia).


2. Aumento en costos de fletes y seguros: Las aseguradoras ya están reevaluando primas para barcos que transiten por el Golfo Pérsico y el Mar Rojo. Según datos de Lloyd’s of London, en escenarios de conflicto abierto, los costos podrían multiplicarse por cinco. Además, las navieras podrían imponer "surcharges" por riesgo geopolítico, como hicieron durante la guerra en Ucrania.


3. Interrupciones en cadenas de suministro: Empresas europeas y asiáticas con operaciones en Irán (como automotrices y farmacéuticas) enfrentan incertidumbre. Por ejemplo, Volkswagen y Siemens tienen plantas en la región, y un conflicto prolongado podría obligarlas a reubicar producción. Además, el flujo de contenedores desde Asia hacia Europa que depende del Canal de Suez podría ralentizarse si aumentan los controles militares.


¿Cómo está reaccionando el mercado?

El barril de Brent subió un 8% en horas tras el ataque, y analistas prevén que podría superar los $100 si Irán responde, mientras algunas navieras ya evalúan evitar el Mar Rojo —lo que añadiría 10-14 días a los viajes Asia-Europa— y países como China e India aceleran compras de crudo para almacenar, en paralelo a los debates en la UE sobre liberar reservas de emergencia.


¿Qué pueden hacer las empresas?

Ante la creciente volatilidad, las compañías con operaciones en la región deben diversificar rutas (considerando corredores alternativos como el Mediterráneo vía Sudáfrica o el Ártico en temporada), ampliar inventarios de seguridad para prevenir desabastecimientos, implementar sistemas de monitoreo en tiempo real y revisar contratos incluyendo cláusulas de fuerza mayor para proteger acuerdos con proveedores y clientes.

 
 
 

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